NOTA DE PRENSA.- GABINETE DE COMUNICACIÓN ALMOZARA
Antonio Arrabal, reconocido chef zaragozano y burgalés de adopción, presentó ante periodistas gastronómicos y prescriptores La Jamada del Tubo, apenas una semana después de que el nuevo establecimiento abriera sus puertas al público, en plena calle de los Estébanes de Zaragoza.
Aunque La Jamada lleva funcionando casi una década en Burgos y ya es todo un referente, Arrabal reconoció haber sentido cierta presión a la hora de abrir en la ciudad que le vio crecer. Sin embargo, afirmó, «la acogida ha sido muy calurosa, estoy muy agradecido al público zaragozano».
En La Jamada, restaurante que Antonio abrió en 2016 en Burgos y que el pasado viernes se estrenó en el zaragozano barrio del Tubo, Antonio Arrabal muestra un compendio de culturas gastronómicas que resumen su trayectoria vital. Formado en la escuela de hostelería Topi, empezó a viajar y a trabajar en cocinas de hoteles de lujo de distintas ciudades, quedándose con lo mejor de cada territorio. En su periplo por distintas cocinas conoció al también chef aragonés Darío Bueno, con el que se fue al hotel Abba de Burgos.
En Burgos echó raíces, formó una familia y en 2016, materializó un sueño que llevaba gestando durante muchos años: abrir su propio restaurante, La Jamada, un lugar en el que, dice, «nuestro objetivo es la búsqueda del sabor, apostando por una cocina viajera, de fusión, aunque con muchos guiños al producto local, tanto en Burgos como aquí». Ahora, con la apertura en Zaragoza, hace realidad otro sueño, traer su proyecto a la ciudad donde aprendió a amar la cocina.
Quedar finalista en la primera edición de Top Chef lo convirtió en uno de los cocineros aragoneses más mediáticos. Sin embargo —afirma— «aunque todos esperaban que tras el segundo puesto en el programa abriría mi restaurante, esperé unos años más, hasta estar bien preparado».
Inquieto, activo y curioso, el cocinero ha participado con éxito en otros prestigiosos concursos de cocina. Fue Mejor Cocinero en el Certamen de Cocina de Aragón ‘Lorenzo Acín’ 2009, Primer Premio en el Campeonato Nacional de Pinchos y Tapas 2019 o Premio Internacional «Cocinando con trufa» 2019, entre otros. De hecho, algunos de esos platos ganadores pueden degustarse en La Jamada del Tubo, como es el caso del Mini bocata de roastbeef con glacé de parmesano y vinagreta de piparras, que fue Mejor bocadillo de autor en Madrid Fusión 2020.
«Let´s Jam! Vamos a pasarlo bien»
Con ese lema, «vamos a pasarlo bien», Arrabal y su equipo —con Dani Güemes, recién llegado de La Jamada de Burgos, y la zaragozana Isabel Martínez, en cocina— presentaron algunas de sus propuestas más emblemáticas. Su carta «muy similar a la de Burgos, aunque con más producto y vinos locales» tiene opciones de barra, para compartir, un amplio surtido de “Jamburguesas” y de postres que presentan bajo el nombre de “Sweet home La Jamada”. Propuestas a las que se irán sumando más, pues como comenta Antonio, «es una carta muy dinámica».
El menú degustación comenzó con un clásico en Burgos que pronto lo será también en Zaragoza —Canelón de aguacate relleno de langostino con vinagreta de chalota especiada— y siguió con una Berlina rellena de guiso de pollo y salsa coreana gochujang, una masa elaborada por ellos «con doble fermentación, que luego freímos y que próximamente rellenaremos con ternasco de Aragón», explicó Arrabal.
El siguiente pase fue el Mejor bocadillo de autor en Madrid Fusión 2020, seguido de un Roll de tartar de ternera trufada con huevo frito de codorniz, al que siguió, posiblemente, el plato más emblemático de La Jamada, el Kimuchi de vieira, un bocado fresco, exótico y delicado. Siguió un mejillón tigre versionado en forma de empanadilla, una de las muchas tapas de vitrina que se acaban en la barra, donde hay una placa de inducción. A continuación, apareció otro clásico que, según Antonio, ha sido muy demandado en los primeros días de La Jamada del Tubo: la Alcachofa rellena de tartar de longaniza de Graus con mayonesa especiada.
Unas Gyozas de langostinos con torrezno y salsa de tamarindo y siracha, también especialidad de la casa, dieron paso a una de las 12 “Jamburguesas” que pueden degustarse en La Jamada del Tubo. En concreto fue la de chuleta madurada con mozarela, rúcula, mahonesa de aceitunas negras y vinagreta de encurtidos, en pan brioche. El broche final lo pusieron dos de sus postres más emblemáticos: la Torrija de pan brioche con sopa láctica y helado vainilla y el Tiramisú La Jamada, una deconstrucción del típico dulce italiano. Todo lo citado y mucho más puede disfrutarse en La Jamada de El Tubo —calle de Los Estébanes, 4, Zaragoza— de miércoles a domingo, de 13 a 17 horas y de 20 a 24 horas.