NOTA DE PRENSA.-GABINETE DE PRENSA MARTA TORNOS
Esta referencia vinícola, la más antigua de Aragón y una de las más longevas de España, fue fuente de inspiración para algunas obras literarias del siglo XIX como La Regenta.
Se trata de un varietal de garnacha cuya calidad ya se vio premiada, con diferentes medallas, en las exposiciones más famosas de la época: Exposición Aragonesa de 1868, Exposición Nacional Vinícola de 1877 y Exposición Universal de París de 1878.
Cuando algo hace historia y marca una época, hay conservarlo. Así lo han considerado los responsables de las aragonesas Bodegas Jaime, cuyo vino Valdiñón fue uno de los referencias vinícolas más conocidas del siglo XIX, convirtiéndose ahora en la más antigua de Aragón y una de las más longevas de España.
Por eso, esta bodega zaragozana, ubicada en Morata de Jalón, ha recuperado este varietal de garnacha, procedente de viñas centenarias, cuya calidad ya se vio premiada, con diferentes medallas, en las exposiciones más famosas de la época: Exposición Aragonesa de 1868, Exposición Nacional Vinícola de 1877 y Exposición Universal de París de 1878, cuyo tema principal era Agricultura, Artes e Industria. En esta última se exhibió, por primera vez, el teléfono de Graham Bell o la Estatua de la Libertad. De hecho, son estos mismos galardones, con forma de moneda, los que lucen en la fachada de Bodegas Jaime desde hace 150 años.
Además, Valdiñón fue uno de las primeras marcas en utilizar la publicidad para anunciarse en los periódicos de la época -en torno a 1880 y sucesivos-, y fue fuente de inspiración para el escritor español Leopoldo Alas “Clarín”, quien lo nombra en su cuento Avecilla (1883) y en La Regenta (1884), una de sus obras literarias más conocidas.
“Valdiñón es la esencia e historia de Bodegas Jaime. Teníamos que recuperarlo; era un proyecto que llevábamos en mente desde hace muchos años y ahora, por fin, lo hemos conseguido. Es un tributo a nuestra marca más longeva, que nos ha acompañado desde mediados del siglo XIX y que hemos querido rescatar en forma de vino moderno, pero sin perder su identidad. Se trata de una garnacha 100% con seis meses en barrica, procedente de cepas centenarias plantadas en suelos pobres que están ubicados a 850 metros de altitud”, ha destacado el manager de Bodegas Jaime, Martín Jaime.
UN REGISTRO DE MARCA DE 1884 Y UNA IMAGEN DE 2018
El 14 de junio de 1884, el número 24 de la revista La electricidad y sus aplicaciones incluía en su página 241 una petición de registro de marca para Valdiñón.
El vino más emblemático de Bodegas Jaime tiene 178 años de historia, pero su imagen corresponde a cualquier referencia vinícola del siglo XXI. Y es que la familia Jaime ha querido conservar y recuperar Valdiñón, pero sin dejar de adaptar su apariencia a los nuevos tiempos.
Para ello, la bodega zaragozana ha querido darle una imagen acorde a su ya famoso Turmeon, el vermut con la primera etiqueta en movimiento del mundo y que, en tan solo tres años, ha creado cinco referencias distintas y ha triplicado sus ventas. Sin duda alguna, la seña de identidad de la marca es su innovadora imagen y esa es la estela que han querido seguir también con Valdiñón. Tras el famoso comecorazones de su vermut original; el delfín saltarín, con el que se identifica el vermut blanco; la abeja que bate las alas, propia del vermut Honey; las cerezas que se convierten en corazones del vermut Rosé; y las hojas de marihuana que se abren y se cierran del vermut Weed, ahora le toca el turno a un lobo que va recorriendo la botella. El manager de Bodegas Jaime y creador de Turmeon, Martín Jaime, ha querido que este animal, símbolo de fuerza, sea la imagen con la que se asocie a Valdiñón.
“El lobo de la etiqueta es una alusión al carácter de la garnacha. En la botella, sellada con un lacre, también se han incluido las tres medallas logradas en las exposiciones del siglo XIX y la referencia de cada una de ellas. Al igual que ocurrió en su día con el lanzamiento de Turmeon, podemos decir que Valdiñón es el vino con la primera etiqueta en movimiento del mundo”, ha señalado Martín Jaime.