1295 |  Like

Un total de 32 vinos Vignerons de Huesca y dos de los Master of Wine Fernando Mora y Norrel Robertson componen la carta 2020

NOTA DE PRENSA

El panel de cata, que se ha concentrado durante dos días en Aínsa, ha estado formado por 26 expertos vinícolas entre los que se encontraban Mora y Robertson.

Se trata de la carta de Vignerons de Huesca con más número de vinos pertenecientes al proyecto hasta el momento.

Durante el proceso, también se ha seleccionado la bodega aragonesa invitada de 2021: Augusta Bílbilis, de José Antonio Ibarra, con su Samitier syrah

Lo bueno se hace esperar y este año con sorpresa. Tras dos semanas de recopilación de datos y conclusiones, los Vignerons de Huesca ya tienen su carta 2020 y se trata de la edición con más número de vinos pertenecientes al proyecto hasta el momento: un total de 32. «Estamos muy orgullosos del nivel de este año en la cata. Sin duda alguna, ha sido el más alto de todas las que hemos hecho hasta ahora. Los dos primeros años la selección fue de 25 vinos. Estos eran los que formaban parte de la carta, pero, previamente, se habían catado unos cuarenta. Para que esto no volviera a suceder, antes de la presentación de los vinos participantes, hemos hecho una preselección de aquellos que tenían mayor oportunidad de entrar y, desde luego, ha salido fenomenal, ya que se han seleccionado 32 de 36. Es decir, tan solo han quedado fuera cuatro vinos. Todo un éxito», ha relatado el promotor de Vignerons de Huesca, Javier Buil.

La cata de esta edición ha tenido lugar en Aínsa durante los días 20 y 21 de febrero, y el panel ha estado formado por 26 expertos vinícolas, entre los que se encontraban dos Master of Wine: Fernando Mora y Norrel Robertson. De hecho, la bodega de Robertson, El escocés volante, ha sido la invitada de este año. El Master of Wine afincado en Calatayud presentó ante el panel dos de sus vinos: Mondongo y Manga del brujo. Finalmente, los profesionales han decidido que el vino que formaba parte de la carta 2020, junto a los 32 de Vignerons de Huesca, fuera Manga del brujo 2017.

«Este vino fue embotellado en diciembre. Es maduro y va a mejorar con dos o tres meses más en botella. Esta fue la primera marca que sacamos en España en 2004. El estilo ha ido evolucionando, ya que al principio trabajamos con demasiada barrica y ahora casi no lleva, aunque una parte de la syrah y la tempranillo sí va a barrica. El corte final de Manga del brujo lo estamos trabajando con, aproximadamente, con un 70% de garnacha viñas viejas, un 15% de syrah, un 10% tempranillo y un 5% de mazuela. Es un vino muy representativo de Calatayud. Solemos usar un poquito de doble pasta. Es un vino corpulento, de 15º. La producción está, dependiendo del año, entre 60 000 y 100 000 botellas», ha explicado el Master of Wine y propietario de El escocés volante, Norrel Robertson.

Por su parte, Fernando Mora, cuya bodega Frontonio fue la invitada en la edición anterior, también ha formado parte del panel de cata este año y la organización ha decidido «por su pasión, compromiso y cariño con el proyecto Vignerons de Huesca» que en la carta 2020 también haya uno de sus vinos: Telescópico garnacha peluda 2017.

Mora asegura que «la grandeza» del proyecto Vignerons es poner en valor a esos pequeños productores que les resulta «muy complicado» acceder al mercado. «Son vinos irregulares y hay que conseguir que el consumidor vea su mejor cara. Sobre todo, entendiendo las historias y problemas que tiene cada uno y formando a hosteleros para que sus vinos se puedan llegar a vender. Este es el gran éxito del proyecto. Además, están trabajando con vinos de gamas medias y altas, para Aragón son precios muy buenos y es otro diferencial. Es un proyecto ilusionante. Ojalá hubiera más iniciativas así. Cada vez está cobrando más fuerza y hay vinos muy buenos. Sin duda, para ser una iniciativa que nace de una tienda independiente y con medios propios, en el panel de este año ha habido muy buena representación», ha destacado el Master of Wine y propietario de la bodega Frontonio, Fernando Mora.

A lo largo de dos días se han catado un total de 42 vinos. Treinta y seis pertenecientes a Vignerons de Huesca, dos de la bodega El escocés volante de Norrel Robertson y, como novedad, en esta edición se ha hecho una preselección de cuatro vinos de cuatro bodegas aragonesas, con filosofía vigneron, de cuya votación ha salido la invitada de 2021. De todas las presentadas, el panel ha escogido a la bodega Augusta Bílbilis, de José Antonio Ibarra, con su vino Samitier Syrah.

El resto de bodegas, que no han sido seleccionadas, han sido las siguientes:

-Bodegas Ignius, de Javier Sanz en Almonacid de la Sierra, Zaragoza.

-Bodegas Tierra del Maestrazgo, de Antonio Sisqués en Mas de las Matas, Teruel.

-Bodegas FicariaVins–Irur, de Jaume Roca en Arenys de Lledó, Teruel.

«Estas cuatro bodegas han dejado muy alto el nivel del vino aragonés. Nos han sorprendido todas, pero, sobre todo, la de José Antonio Ibarra por su relación calidad precio. Tenemos que agradecerles la participación en este proyecto y, por supuesto, felicitarlas por la alta calidad de sus vinos», ha señalado Javier Buil.

La carta 2020, con los 34 vinos seleccionados, se pueden disfrutar en 60 establecimientos –10 tiendas gourmet y 50 restaurantes- de la provincia de Huesca, a lo largo de este año. «Que en la carta de esta edición haya dos vinos de dos Master of Wine ya dice mucho de cómo va el proyecto. Nos gustaría seguir contando con ellos durante muchas ediciones, ya que, en muchas ocasiones, son los restaurantes los que nos piden que continúen formando parte de la misma. No tapan para nada nuestro trabajo, lo complementan. Nos están dando un plus a esta iniciativa», ha concluido Buil.

El sello Vignerons de Huesca está formado por seis bodegas altoaragonesas: Edra (Ayerbe), Familia Estrada Palacio (Bespén), Clavería Barrabés (La Almunia de San Juan), Sers (Cofita), Alodia (Adahuesca) y El Vino del Desierto (Lanaja). El proyecto es para su promotor «una apuesta vitivinícola por las uvas autóctonas, por las personas, por los pueblos y por las tierras de Huesca». Para Buil, «el proyecto Vignerons vela por la continuidad de estas pequeñas bodegas, que, sin nosotros, les resultaría muy difícil comercializar sus vinos. Les asesoramos y les damos visibilidad. Quiero agradecer a todas las personas del panel de cata y a las bodegas su participación, implicación y confianza en nuestro trabajo».

Foto: Carlos Buetas.