NOTA DE PRENSA.- GABINETE DE COMUNICACIÓN MARTA TORNOS
«Un pequeño proyecto de vida». Así definen Bernabé Taberner y Jordi Satué la bodega que recuperaron hace cuatro años en el municipio zaragozano de Nonaspe: Vinos Taberner Amado. Una iniciativa con una gran carga afectiva hacia esta población, que ha visto crecer a estos dos jóvenes amigos y donde sus abuelos labraban las tierras que ahora ellos han decidido conservar y cuidar «para que no caigan en el olvido».
Precisamente, esa lucha por reivindicar el territorio rural y recuperar las tradiciones, a través del cultivo propio de la vid, ha hecho que esta bodega, perteneciente a la Indicación Geográfica Protegida Bajo Aragón, haya sido la única de Aragón, y una de las seis de España, en conseguir una gran medalla de oro, el máximo reconocimiento en el Berliner Wine Trophy 2022. El galardón lo ha obtenido con su vino tinto Entre dos aguas 2019, con doce meses de barrica y elaborado con garnacha, cabernet sauvignon y syrah. «Recibir este reconocimiento ha sido todo un orgullo y, por supuesto, un punto de inflexión que nos empuja y ayuda a seguir luchando por nuestra ilusión de recuperar el territorio. Que hayamos sido premiados, entre más de 20.000 vinos, solo confirma nuestra visión de que en el Bajo Aragón hay un gran producto y mucho por descubrir. Esperamos que esta medalla ayude a poner a Nonaspe en el mapa y a incentivar la llegada de un mayor flujo de personas a la zona», ha destacado el co-founder de Vinos Taberner Amado, Jordi Satué.
Pero no es el único galardón que han obtenido los vinos de esta joven bodega. En el Berliner Wine Trophy 2021 su blanco Entre dos aguas 2020, elaborado con garnacha 100 %, ganó una medalla de oro.
Vinos Taberner Amado, que surgió en 2018, produce cuatro vinos -dos tintos y dos blancos-, todas ellas bajo el nombre de Entre dos aguas, que hace referencia a los dos ríos que bañan sus viñas: el Algars y el Matarraña. Cuentan con más de 12 hectáreas viñedo que incluyen variedades autóctonas como la garnacha blanca y negra, y otras como la syrah, la merlot, la cabernet sauvignon y la cabernet franc.
«Recuperar el territorio no solo consiste en elaborar vino, sino también en traer vida a Nonaspe, a través de distintas actividades enoturísticas. Nuestro proyecto nace del menosprecio que se le dio a la uva de estas tierras cuando llegaron las denominaciones de origen. Antiguamente, había una tradición vitivinícola muy arraigada y numerosas familias del pueblo vivían de la uva, pero al entrar las D.O. no le dieron el valor que tenía y quedó denostada y relegada a vino de mesa. Con esta iniciativa miramos hacia un futuro complicado, pero con mucho esfuerzo e ilusión. Nos gustaría ‘servir de ejemplo’ para todos aquellos que en su día dejaron sus tierras y las quieren recuperar», ha explicado el co-founder de Vinos Taberner Amado, Bernabé Taberner.
El trabajo en viña de estos vinos se hace de forma tradicional, respetando el medio ambiente, tal y como hacían sus abuelos. La producción media de Vinos Taberner Amado es de 12.000 botellas y se puede encontrar en tiendas especializadas de las tres provincias aragonesas, en Madrid, Alicante, Castellón y Valencia.